Ayer se cumplió el primer mes de mis potenciales dos años en Baires (potenciales porque mi maestría es muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuy larga) y la verdad es que estoy feliz.
Pasé toda la primera semana metida en la pieza, sin ganas de salir más que a la esquina. Recuerdo que recién pude salir más allá de 100 metros a la redonda ese sábado, para ir a lo del Bafici. Pasé una semana triste pero lloré mucho menos de lo que creía iba a llorar. Ha sido un poco así, no he llorado tanto. Extraño una brutalidad, pero ya no lloro, al menos no tanto.
Lo que me gusta de este mes cumplido, que además tiene una conotación bella porque cumplo un mes viviendo con alguien por primera vez y ese alguien es mi novio bello, es que celebro un mes cargado de fuerza, de descubrir una fuerza que no sabía estaba allí.
Hoy comencé otro día con esta sensación de chica superpoderosa y me encanta.
jueves, mayo 11, 2006
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