Me da un poco dolor de guata y temo que, como se suele creer, al contar no resulte ya.
Voy a postular al magister en Cultura y Comunicación en la Universidad de Buenos Aires. Sí, me voy, después de un año entero de preguntarme, de dudas, de una ayudantía en Dirección Audiovosual en la PUC y visitas a mi gurús he decidido que el mejor lugar en el que puedo estar ahora es Buenos Aires. Bueno, es más bien un sí condicional (ese que no lleva acento), pero me gusta creer que sí va a ocurrir.
El punto es que entre tanto trámite para conseguir certificados, firmas, timbres, notas y cartas de recomendación he estado un poco evitando el tema de asumir lo que significaría irme para allá. Pero ayer me avisaron de la U.B.A. que las clases comienzan en abril y eso significa que tengo que estar allá en abril.
Infinito dolor de guata...
Estar en abril allá implica más que una mudanza que todavía no tengo muy claro cómo haré. Implica que me quedan dos meses acá, en Santiago, en Chile. Implica que me quedan dos meses de pega, de regaloneo con mi sobrino, de carretar con mis amigas, de hablar con mis hermanas, de ver casi nunca a mis padres, de almorzar donde mi abuela, de llegar a mi depto.
Insisto, infinito dolor de guata...
Yo lo estaba medio pateando porque pensaba que si los resultados estaban a fines de marzo era imposible empezar en abril. Pero no, los resultados están a más tardar en esa fecha y las clases empiezan sí o sí en abril.
Nervioso todo, nervioso todos los trámites que quedan, las postulaciones, el tiempo de espera, la respuesta, la postulación a una beca, buscar un buen curso de crítica allá, etc.
Y en verdad ni siquiera son 60 días, porque febrero tiene apenas 28.
jueves, febrero 02, 2006
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2 comentarios:
Si, infinito dolor de guata... como en la montaña rusa: nervio, susto, y de pronto uno ¡plum! se lanza... el estómago se va al cerebro, y no entiende nada, y todo sube y baja, y uno se desespera, y grita... un vértigo que nos pone de cabeza literalmente.
Pero al final uno se baja del carrito con las piernas tiritando, pero contenta de haberlo hecho, de haberse tirado... que bello recuerdo, para siempre tuyo.
Se caminan unos pasos, las piernas ya más firmes, y se mira de lejos la altura de la caída, y uno se rie... si fuiste capaz de eso, eres capáz de todo!..., "ya, qué sigue??"...
Ánimo con los algo menos de dos meses de preparativos, disfrútalos también. Prepara el corazón para la partida al otro lado de la cordillera, y al otro lado de tí... Toda mi fuerza y alma contigo.
(Y recuerda, que como dice el gran Jorge Teillier: "equivoquémonos todo lo que queramos, la tierra del desamor no existe".)
Mucha suerte!!! ojalá yo tuviera el valor de emprender un desafío como el que vas a hacer.
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