jueves, febrero 02, 2006

Y quedarían dos meses señores y señoras

Me da un poco dolor de guata y temo que, como se suele creer, al contar no resulte ya.

Voy a postular al magister en Cultura y Comunicación en la Universidad de Buenos Aires. Sí, me voy, después de un año entero de preguntarme, de dudas, de una ayudantía en Dirección Audiovosual en la PUC y visitas a mi gurús he decidido que el mejor lugar en el que puedo estar ahora es Buenos Aires. Bueno, es más bien un sí condicional (ese que no lleva acento), pero me gusta creer que sí va a ocurrir.

El punto es que entre tanto trámite para conseguir certificados, firmas, timbres, notas y cartas de recomendación he estado un poco evitando el tema de asumir lo que significaría irme para allá. Pero ayer me avisaron de la U.B.A. que las clases comienzan en abril y eso significa que tengo que estar allá en abril.

Infinito dolor de guata...

Estar en abril allá implica más que una mudanza que todavía no tengo muy claro cómo haré. Implica que me quedan dos meses acá, en Santiago, en Chile. Implica que me quedan dos meses de pega, de regaloneo con mi sobrino, de carretar con mis amigas, de hablar con mis hermanas, de ver casi nunca a mis padres, de almorzar donde mi abuela, de llegar a mi depto.

Insisto, infinito dolor de guata...

Yo lo estaba medio pateando porque pensaba que si los resultados estaban a fines de marzo era imposible empezar en abril. Pero no, los resultados están a más tardar en esa fecha y las clases empiezan sí o sí en abril.

Nervioso todo, nervioso todos los trámites que quedan, las postulaciones, el tiempo de espera, la respuesta, la postulación a una beca, buscar un buen curso de crítica allá, etc.

Y en verdad ni siquiera son 60 días, porque febrero tiene apenas 28.