viernes, marzo 31, 2006

Adiós 1

En 45 minutos más se acaban un año y cuatro meses de pega.

Da penita irse, mucha penita.

lunes, marzo 27, 2006

Fortuna


La Rae define fortuna como:

1. f. Encadenamiento de los sucesos, considerado como fortuito.
2. f. Circunstancia casual de personas y cosas.
3. f. Suerte favorable.

Y afortunado(da) como:

1. adj. Que tiene fortuna o buena suerte.
2. adj. Que es resultado de la buena suerte.
3. adj. Feliz, que produce felicidad o resulta de ella.

El sábdo en la mañana, mientras veía a mi novio dormir, estaba pensando en lo afortunada que soy. En las últimas tres semanas todo el mundo me ha retado por ser tan gruñona con él, porque básicamente soy super gruñona todo el rato. Me estreso fácil y los días han sido especialmente complejos últimamente. El viaje a baires, los matrimonios de mis amigas, las despedidas, el (des)orden, la pega, todo. Pero él sigue ahí, abrazándome, dándome besos en la frente y susurrando en mi oído que todo va a salir bien.

Mi novio vino los primeros días de marzo para asistir a dos matrimonios y la verdad es que no puedo ser más feliz. Mi novio es pura fortuna, sólo suerte favorable para mí y cada vez me resulta más fácil ir descubriendo la serie de sucesos que nos han unido. Mi novio me quiere y me cuida todo el tiempo, aunque esté furiosa, aunque esté estresada, aunque tenga pena, aunque esté enojada con él.

Mi novio me tranquiliza cuando creo que no puedo más y -robándole parte del discurso a mi amiga que se casó- saca lo mejor de mí.

En estos días confirmé la sensación que tuve hace más de un año ya, esa idea de que valía la pena esperar al otro lado de la cordillera por el mejor momento para partir a su lado. Pienso en lo difícil que fue estar separados, en todas los problemas que tuvimos que atravesar, los miedos, la pena (porque chupalla que hubo pena) y la distancia tremenda que tanto daño nos hizo a veces. Pero eso ya quedó atrás y aunque sé que vendrán nuevos dolores y nuevas distancias, tengo en mí la certeza de hacer lo correcto, lo que quiero, lo mejor.

En dos semanas estaré llena de la pena por dejar acá a mi familia bella, a mi sobrinito hermoso, a mis amigas maravillosas, a mis adorados leidos, a las niñas, al zombie, a la vale, a la pipina y tantos más. Pero al mismo tiempo estaré empezando una etapa nueva, donde el comienzo no puede ser más auspicioso: llegar a los brazos de mi novio, quien estará esperando por mí para comenzar juntos esta nueva etapa.

martes, marzo 21, 2006

Y quedan dos semanas de pega


Menos en verdad, porque sólo tengo nueve días de trabajo por delante y éste ya va por la mitad.

Es extraño porque cuando llegué a trabajar a este lugar venía por poco tiempo, era suerte de plan de apoyo al triste periodo que vendría por terminar con mi ex y sin embargo en total cumpliré un año y cuatro meses de labores. En estos días mi jefa decide quién será mi reemplazo y no puedo evitar tener penita por marcharme.

No sé si alguna vez hablé de mi jefa, pero es una gran persona. Topísima como me gusta decir. Con ella no sólo he aprendido un montón sobre el mundo de la comunicación estratégica sino que además he credido harto como ser humano. Suena cursi, lo sé, pero me da lo mismo. Es tan bueno cuando encuentras jefes que la llevan porque son capaces de verte más allá de las circunstancias. Tendrán que comprender, yo suelo ser una mujer muy eficiente, escribo bien, soy matea en cuanto a investigar se trata pero me resulta imposible llegar temprano. Entonces mi jefa se adapta a eso y yo llego media hora más tarde pero me voy media hora después y así de simple. Además, vivir con el sobrino implica una serie de ajustes que a veces no manejas (si no llega la nana, si el jovencillo en cuestión decide huir pilucho por la casa porque no se quiere vestir para ir al jardín, si no hay nana en lo absoluto) y que si bien no afectan tu trabajo si complican tu horario. Sumarle a eso un jefe poco comprensivo sería brutal.

Y no ha sido sólo eso, están también mis jaquecas, mis huidas a baires para ver a mi novio, mis funciones de prensa, mis ayudantías. Hay miles de cosas y más, y no hay problema, hay sólo retos menores.

Y está también el diseñador de mi oficina, que debe ser uno de los hombres más tiernos del mundo entero. Los préstamos de música, de películas, los datos de ropa y las miles de paleteadas para regalar discos más lindos o enviar una invitación de cumpleaños producida.

Para mi cumpleaños me regalaron una maleta preciosa y un té de toffe demasiado rico para ser verdad. Tuve una celebración bella-bella con desayuno rico y natural, y cuando cumplí un año en la pega me llevaron a almorzar al Magnolia porque me moría por conocerlo. Sólo gestos bellos, de parte de dos personas absolutamente bellas.

Entonces, aunque soy feliz porque al menos por una semana podré despertarme un poco más tarde (la siguiente me encontrará en baires levantándome tempranito para las clases de cine), pensar que sólo quedan dos semanas acá es muy triste. Es triste porque quedan miles de proyectos y comunicados por armar, porque mi compañerita nueva es en verdad un amor y nos llevamos de lujo, porque la vida en estos lados va a seguir y ya no seré parte de ella.

Cuando entré a periodismo jamás pensé terminaría trabajando en comunicaciones y sin embargo ahora estoy increíblemente contenta de haber pasado por este lugar.Voy a extrañarlos mucho, mucho-mucho.