martes, diciembre 30, 2008

Despedida

Una de nuestras tallas internas era que yo podía saber que no era adoptada pues pese a no parecerme físicamente a ninguno de mis hermanos, era igual a ti. Siempre peleamos por esas similitudes, pues tú querías evitar que viviera los sufrimientos que experimentaste, pero yo quería vivir lo que me iba a tocar.

Hoy te doy gracias por esa preocupación y recibo como el mejor piropo del mundo el ser parecida a ti, no sólo en lo externo sino en las mil cosas que compartimos.

Gracias por enseñarme a ser una lady; gracias por tratarme como una igual en la cocina, terreno de tu dominio absoluto; gracias por ser la madre intensa que fuiste; gracias por los terrarios que construías atrayendo hormigas con manjar; gracias por los trajes de ballet; gracias por el regaloneo cuando estaba triste; gracias por insistir en que llevara paraguas cuando llovía; gracias por los desayunos en la cama cada vez que no pude levantarme o estaba enferma.

Estabas cansada, lo sé. Y ahora, después de todo lo que viviste y las mil cosas que hiciste, vas a descansar por siempre, aunque todos sabemos que te las vas a arreglar para seguir cuidándonos desde arriba, porque nunca pudiste permanecer del todo quieta.

Egoísta como soy, creo que partiste muy pronto. Creo que te faltó conocer a los nietos por venir, con quienes serías la “bilita” top que fuiste para el Nico y la Pipina. Creo que nos faltó el verano para concretar todos los planes que teníamos, para que disfrutaras del sol y la playa usando alguno de tus sombreros estilosos. La verdad, creo que nos faltaba una vida entera y a mí, haber anotado la receta de tu deliciosa cazuela, que siempre me explicaste pero nunca logré retener. Pero estabas cansada, ya no podías más. Y te fuiste preciosa como siempre has sido, fuerte como siempre has sido, testaruda como siempre has sido.

Hoy pienso que tengo la fortuna de poder decir, parafraseando a la Duras, que entre nosotras dos hubo algo mejor que el amor entre madre e hija, hubo una complicidad. Infinitas gracias por ayudarme a construir la persona que soy. Espero lograr hacerte sentir orgullosa de mí. Espero que te sientas orgullosa de todos nosotros. Te adoro, ayer, hoy y siempre.

3 comentarios:

isabelicity dijo...

Que lindas palabras Solci.
Ánimo, este es el tipo de cosas que pasan que no tienen explicación y sólo queda aprender a vivir con ello.
Tu mamá va a estar contigo para siempre, y los que seguimos acá también. cuenta con ello.
Un beso grande

Bárbara dijo...

Preciosa, un tremendo abrazo y una caricia. Lo demás sobra cuando hay tantos sentimientos positivos viajando hacia tí, desde todos los que te queremos y que esperamos que estés bien.
Te quiero mucho!

markín dijo...

Quedán así, para siempre en nostros, con esa cosas que no entiamos en su tiempo. Acciones que no tenían valor.

Sus miradas que des eguro hoy cargas en ti, imitas... y te son tan naturales.

Mientras haya alguien que la recuerde, vive... y tu homenaje hace eso, darle aún más vida.

Cariños a ti,.