jueves, septiembre 16, 2004

Y se fue


La semana pasada fue en verdad del terror. Mucha pena todo el rato y sabiendo que los días avanzaban y que casi no quedaba nada para el domingo. El viernes fue una de las tantas despedidas de mi hermana, está vez en la casa de su novio y la verdad es que no me molestó pasar todo el rato en la cocina para que ella se divirtiera y así lo hizo.

El sábado tratamos de celebrar el cumpleaños de mi hermano pero inevitablemente terminó como otra despedida más de mi hermana viajera. Si hasta se coló una amiga suya que decidió instalarse en la mitad del sillón de tres cuerpos y no dejar que nadie se pudiera sentar. No pude más y entre la maldita oscuridad que un día como el 11 de septiembre entrega a los santiaguinos de la periferia, me escondía en la cocina para recibir una de las tanats sesiones de abrazos para tratar de atenuar mi penita.

Creo que en los últimos dos años no nos veíamos demasiado con mi hermanita viajera, de hecho siempre fuimos buenas para pelear y agarrarnos incluso literalmente de las mechas. Hay peleas que se pueden inscribir en los clásicos familiares y si no fuera por el pasado de mi hermanita viajera con la mayor de mi hermanas, creo estaríamos en el número de uno de las peleas familiares. Bueno, ahora me queda sólo eso, un montón de recuerdos y los mails que estarán por venir. Tengo más pena de la que creía que iba a tener, el domingo fue tan doloroso que volvió a mi la ronda de abrazos para consolarme y la jaqueca con los ojos hinchados. Incluso ahora me da penita y supongo que estoy de duelo porque mi hermanita gemela se me fue.

Eso es, Sol en duelo.

2 comentarios:

Vero dijo...

Como hermana viajera de otra hermana que me extraña (y en este caso sí fuimos el top one de las peleas familiares, para luego proceder a amarnos hasta la muerte a raíz de mi partida) sólo puedo decirte que le escribas mails muy seguido -son un delicioso alimento para el alma del que está lejos- y ahorres desde ya platita para ir a verla, porque esa es la mejor parte de la historia.
No mucho más. La pena se pasará con el tiempo, como suele ocurrir en la vida (no es un gran secreto, ¿no?, y verás lo top que será el reencuentro, como una reconciliación de pareja después de una archipelea (sin sexo, claro, pero con abrazos estrujados y gritos histéricos y semi-llorosos).
Ánimo y un beso gigante!

Nutela dijo...

Gracias amiguita mía, no sabes lo bien que me hace soñar con ir a visitarla y pasear por Paris juntas y felices. Gracias.