lunes, octubre 04, 2004

Eterno resplandor de una mente con recuerdos felices


Y aunque isabelicity podría pensar que mi motivación para este post es lograr más visitas (ella me dejó muy claro que los blogs depresivos no son populares), escribo más bien porque hace mucho que tengo ganas de escribir esto.

Hace ya algunas semanitas vi Eterno resplandor y me dejó feliz. Hace mucho que no salía tan feliz del cine y eso no es menor porque la película se trata básicamente de estar enamorado y de recordar, de lo que queremos o no recordar y eso es bueno para una niña como yo, que está en un momento en que encuentra que la gente no termina feliz para siempre porque prefieren separarse antes.

García vió hace un tiempo una película oriental que hablaba de los recuerdos, de los recuerdos felices y me dijo que tenía miedo de que yo no los tuviera. Supongo que en ese momento García tenía un poco de razón porque yo soy medio pegada con las fases tristes y seguramente estaba triste entonces. Pero ahora le puedo escribir estas líneas para contarle que sí tengo recuerdos felices:

- Cuando estaba en cuarto básico hicimos una carrera en la hora de gimnasia. Se trataba básicamente de correr, competir y ver fracasar al otro, pero terminamos todos jugando en el suelo, llenos de polvo, asumiendo que éramos una gran familia y nos cuidábamos los unos a los otros. Hasta la fotografía era hermosa porque estaba atardeciendo y con tanto polvo la luz del sol se filtraba maravillosamente.

- Cuando llegué a Machu Pichu y me enfrenté a toda esa belleza. Hace poco me había enterado de que no quedé en arqueología y sentía que todo mi viaje a Perú no tenía ya mucho sentido, pero fue alucinante. Se mezcla un poco con mi titánica subida a las ruinas que quedan justo en la parte de arriba del Cuzco, porque casi no quedaba sol y partíamos al día siguiente. Entonces yo subí esos millones de escalones casi volando, para llegar y recorrer todo antes de que llegara la luna. Y fue increíble, recuerdo que estaba demasiado flaca porque casi no comíamos nada y sin embargo fui super poderosa para conocer ese lugar.

- Cuando estábamos con las niñas en Viña y pasamos a la playa después de ir a un karaoke. Yo estaba en mi fase sólo tomo tequila margarita y eso colaboró bastante a que calculara mal la distancia del mar y terminara algo mojada, pero estaba tan feliz, tan libre.

- Cuando bailé por primera vez con mi novio en el living de su depto. Nos estábamos yendo y él me tomó para que bailáramos antes. Yo recuerdo que pensé claramente "esto es pura felicidad".

- El segundo día del paseo del ombligo, cuando con García y Cabezona nos sentamos en la playa. Yo me sentía muy mal, pero estábamos ahí sentadas felices, tranquilas, aprovechando el delicioso sol que nos llegaba.

- Cuando Humberto H. escribió mi descripción para un trabajo de la universidad. Pocas veces me he sentido tan bella.

- Cuando García y la princesa Panchita, cada una en su momento, volvieron del viajo continente.

- Cuando este verano me atreví a reventar olas en Pan de Azúcar.

- Cuando me vi por primera vez publicada.

- Cuando Moreno me dijo que no me podía ir del programa porque si lo hacía tendría que explicarles a mis compañeros que por mi culpa se acabó todo.

- Cuando las niñas gritaron mucho para mi graduación.

Esos son algunos, por ahora me guardo los otros y sigo tratando de juntar más. Supongo que el más evidente será nuevamente en el aeropuerto, cuando mi querida Vero regrese.

5 comentarios:

Vero dijo...

¡Qué emoción! estaba leyendo y tenía la frase perfecta pa' comentarte el post hasta que me encontré al final de él... ¿te das cuenta de que me estás poniendo en una lista muy muy vip???? que lindo, gracias.
Y lo que iba a decir: recuerdo perfectamente el trabajo de Humberto. Hasta ese día no los conocía, y lo odié a él por escribir tan bien, y te odié a tí, por tener quién escribiera esas cosas de tí (si la envidia fuera tiña...). te imaginé antipática, megaquebrada y cuica. jajaja, las vueltas de la vida.
en todo caso me quedé pensando... ¿gritaron mucho por mí también? que triste, no lo recuerdo, y supongo que si no lo recuerdo no debe haber sido para tanto
sniiifffff
Bueno, nevermind, confío en que si gritarán mucho en el aeropuerto.
:)
Besos miles!
V.

Roberto Arancibia dijo...

Hola Sol. Qué lindo nombre.
Bien interesante tu blog. Llegué aquí dando bote, para variar.
Bonito resumen de tus recuerdos felices, y sabes qué? Me impresiona el cariño por tu hermana viajera.
Date una vuelta por mi casa, a veces aparece la Vero en su alfombra mágica voladora, y nos tomamos un café, bah, no te gusta el café, bueno, un té, Darjeeling está bien? Te pondré entre los links de Blogs de Aquí, así recibirás visitas de mi mundo. OK?
La dirección es http://elmundosigueahi.blogspot.com
Entre sin golpear.

Nutela dijo...

Obvio que los tengo en mi lista de momentos ultra felices, porque los quiero millones y en verdad-verdad me han hecho sonreir una barbaridad!!!!!!!!!

Vero dijo...

¿Y lista de los recuerdos desastrosos? ¿Habrá algún día?
Beso

Claullitriche dijo...

No más para adjuntar dos recuerdos bellos que, de entre los muchos que existen, se me vinieron "al espíritu" (como dicen los franceses) al leer tus bellas palabras...
"sankukay, sankukay... es una nave, con muchos manurios.." a risotadas cada una montada en un pedal de la bicileta de ejercicios de la madre... ; y en seguida, en el mismo baño de baldosas blancas, dos chicocas piluchas en la tina que acercan sus barrigas cantando "las guatonas del barrio alto"... ataque de risa otra vez...
te quiero mucho